Epidemiología
La
OMS (2014) define la epidemiología como “… el
estudio de la distribución y los determinantes de estados o eventos (en
particular de enfermedades) relacionados con la salud y la aplicación de esos
estudios al control de enfermedades y otros problemas de salud. Hay diversos
métodos para llevar a cabo investigaciones epidemiológicas: la vigilancia y los
estudios descriptivos se pueden utilizar para analizar la distribución, y los
estudios analíticos permiten analizar los factores determinantes”. Así pues, la
epidemiología tiene como objetivo principal el mejoramiento de la salud en
función de la aplicación de medidas preventivas de salud que se consiguen solo
con el conocimiento previo de cómo se presentan y desarrollan las enfermedades
(especialmente las infecciosas) y de cuáles son los elementos que participan en
los fenómenos de enfermedad a nivel poblacional.
Evolución
histórica de la epidemiología
La epidemiología tiene raíces desde tiempos inmemoriales,
aunque es una ciencia relativamente nueva. Se tienen registros sobre eventos epidemiológicos,
ya en papiros que datan del año 1500 antes de Cristo, donde se nombran “fiebres
pestilentes” que azotaron a regiones en los márgenes del río Nilo,
probablemente se referían a la Malaria. En la Biblia también se comentan
eventos epidémicos como el de la plaga que obligó al faraón egipcio Mineptah, a
permitir la salida de los judíos en el año 1224 a.C. El muy afamado Hipócrates,
menciona los términos “endémico” y “epidémico” según los padecimientos fueran propios
o no de un lugar dado, aunque no se
reconocía aún en los textos hipocráticos la posibilidad de transmisión de
enfermedad persona a persona, sino que se adjudicaban ciertas enfermedades al
mal estado del aire (miasma) o a la dieta. Ya durante la Edad Media, ocurrió un
evento que transformó a Europa: la peste negra o bubónica, causada por la
bacteria Yersinia pestis, que acabó
con millones de personas, y diezmó a la población europea; a partir de este
hecho, se empieza a reconocer un papel preponderante al contagio entre personas
en ciertas en enfermedades, aunque ya Hipócrates había postulado que había un
desequilibrio de la interacción del hombre con su medio ambiente en el proceso
de enfermedad en la población. (López Moreno, s.f.)
Ya en el siglo XVI el prominente Girolamo Fracastoro publicó
un libro titulado “De contagione et
contagiosis morbis et eotum curatione” en el cual describe las enfermedades
que hasta ese entonces podían denominarse contagiosas: lepra, peste, tisis,
sarna, rabia, erisipela, viruela, ántrax y tracoma. Además propone tres formas
posibles del contagio: A) contacto directo (seminaria contagionum), mediante
semillas vivas capaces de provocar la enfermedad. B) por medio de fómites (los
llamó fomes) y C) a distancia o a través del aire (mistio).
Asimismo, separó y aclaró los conceptos de infección (causa) y epidemia
(consecuencia) y explicó que existen contagios específicos causados por agentes
específicos; por todos estos logros no es injusto considerar a Fracastoro como
el padre de la epidemiología. (López Moreno, s.f.)
Los orígenes de la estadística sanitaria se ubican en el
siglo XVI en Europa con el análisis de los registros de nacimientos y muertes.
A posteriori, varios personajes prominentes se embarcaron en el estudio de la
estadística de la salud; uno de ellos el inglés John Graunt analizó registros
de nacimientos y muertes de Londres de los 59 años anteriores a ese momento, y
detectó así patrones constantes en las causas de muertes así como diferencias
entre las zonas rurales y urbanas. Con poca información, Graunt infirió que
nacían más hombres que mujeres, que habían variaciones en la cantidad de
muertes en función de las estaciones y que podía predecirse que un 36 % de los
nacidos vivos, morirían antes de cumplir los 6 años. Un amigo de Graunt,
William Petty, realizó estudios sobre mortalidad y morbilidad y propuso la
creación de tablas de mortalidad por ocurrencia de edad con lo que ayudó al
desarrollo de las tablas actuales para comparar distintas poblaciones. (López
Moreno, s.f.)
En el siglo XIX varios investigadores se esforzaron por
comprender los mecanismos de transmisión y naturaleza de enfermedades
infecciosas como el Colera (Snow), fiebre tifoidea (Budd), fiebre amarilla
(Finlay), Fiebre de Oroya (Carrión). La importancia de estos trabajos es el
gran esfuerzo llevado a cabo por tales investigadores, para documentar mediante
la observación, mecanismos de contagio, capacidad trasmisora e infectividad de
agentes cuya existencia aún no se podía demostrar. Con el establecimiento de la
teoría del germen, demostrada por Pasteur, la epidemiología siguió el camino de
otras ciencias de la salud, y la física, al poder establecer una relación
causa-efecto única entre un agente patógeno y su enfermedad. En el siglo XX con
los trabajos de Joseph Goldberger quien demostró que la pelagra no se contagia,
se inició el estudio de la epidemiología de enfermedades carenciales, y luego
con el aumento de la incidencia de las enfermedades crónicas, se expande el
alcance de la epidemiología dado que el enfoque se lleva a enfermedades como el
cáncer, la hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, y los
padecimientos mentales degenerativos, lo cual conllevó al desarrolló de
conceptos, como exposición y sesgo e incorporó la teoría de la probabilidad. (López
Moreno, s.f.)
Ramas
de la epidemiología
La epidemiología se clasifica en áreas que según su
naturaleza, pueden describirse de la siguiente manera:
Epidemiología descriptiva: es el área de
la ciencia epidemiológica que describe el fenómeno epidemiológico en tiempo, lugar y
persona, cuantificando la frecuencia y distribución
del fenómeno y formulando explicativas. (Ahrens, 2005)
Epidemiología analítica: se encarga
a través de la observación y/o la experimentación, de determinar potenciales relaciones
causales entre los factores a los que individuos y poblaciones se exponen y las
enfermedades que estos presentan. (Ahrens, 2005)
Epidemiología experimental: pretende, a
través del control de de las condiciones del grupo a estudiar, sacar
conclusiones que son difíciles de deducir con la simple observación. Se basa,
igualmente, en el control de los sujetos
a estudiar y en la aleatorización de la distribución de los individuos en dos
grupos, un grupo experimental y un grupo control. Asimismo se encarga de realizar
estudios en animales de laboratorio y estudios experimentales con poblaciones
humanas. (Ahrens, 2005)
Ecoepidemiología:
Usa
herramientas conceptuales de la ecología para estudiar de forma holística la
forma en que el ambiente influye en las personas y poblaciones y las
interacciones que ocurren entre ellos. (López Moreno, s.f.)
Propósitos de la epidemiología
Según (López Moreno, s.f.) los propósitos de la epidemiología son:
Determinación de riesgos: la
epidemiología ha mostrado la relación que existe entre el ambiente y los
individuos en el desarrollo de la enfermedad; con el estudio de las relaciones
causales existentes en el proceso patológico, se puede determinar que
poblaciones presentan riesgos y el grado de riesgo de sufrir una determinada
enfermedad. Por ejemplo, al determinarse la relación que existe entre el
consumo de tabaco y el cáncer de pulmón, puede predecirse las probabilidades de
desarrollar esa enfermedad en una población de fumadores con determinadas
características.
Comprensión de la dinámica general
de la enfermedad
La
comprensión de la dinámica de las enfermedades y como afecta a las poblaciones
según la edad, el género, la raza y región, ha permitido la generación de
teorías que explican la dinámica espacial y temporal de la enfermedad que se
considera un fenómeno social y natural. La epidemiología ha tenido protagonismo
en la dilucidación de patrones de enfermedad característicos de algunas
sociedades y como éstas se comportan en el tiempo a través de fases que se
suceden y que corresponden a transiciones naturales de la enfermedad.
Diseño y evaluación de la respuesta
social a los problemas de salud
La
epidemiología se usa como referente para planificar los servicios sanitarios
puesto que a través de ella se identifican los principales problemas de salud,
las acciones y recursos necesarios para atenderlos y el diseño de programas de
atención a la salud.
Sistemas de
información sanitaria
Según
la OMS (2014) un Sistema de Información Sanitaria es “un esfuerzo integrado de acopio, procesamiento, notificación
y uso de información y conocimientos sanitarios con objeto de influir en la
formulación de políticas, la acción programática y las investigaciones.” De tal
esfuerzo se derivan acciones importantes para implementar la atención de salud
que requiere una comunidad, o país, puesto que a partir de datos recogidos se
generan guías de acción para resolver los problemas básicos de salud, los
Sistemas de Información primaria sirven de fundamento informativo para aplicar
la Atención Primaria de Salud.
Atención
primaria de salud: se refiere a la prestación del servicio básico de
cuidados, diagnósticos y curación proporcionados por personal calificado y a
todos los ciudadanos que la requieran. Así, la Organización Mundial de la Salud
(2014) la define así “La atención primaria de
salud es la asistencia sanitaria esencial accesible a todos los individuos y
familias de la comunidad a través de medios aceptables para ellos, con su plena
participación y a un costo asequible para la comunidad y el país. Es el núcleo
del sistema de salud del país y forma parte integral del desarrollo
socioeconómico general de la comunidad.” Entre las características de la
atención primaria están:
- Accesibilidad:
es la entrega
eficiente de servicios de salud en contraparte con las
barreras organizacionales, económicas, culturales y emocionales.
- Coordinación es
la articulación de las acciones esfuerzos de los servicios de atención
primaria.
- Integralidad es
la capacidad de solventar la mayoría de los problemas de salud de una
población que recibe el servicio médico
- Longitudinalidad es
el seguimiento a las dificultades de salud de un paciente por los
profesionales del área sanitaria, médica y de enfermería
La
atención primaria de la salud tiene como objetivos:
·
reducir la exclusión y disparidades sociales en
la salud
·
organizar servicios de salud en función de las
necesidades y expectativas de las personas
·
integrar los servicios de salud en todos los
sectores de la sociedad
·
llevar a cabo modelos colaborativos de dialogo en
las políticas de salud (reformas en el liderazgo)
Centro de Orientación Familiar (COF): no es más que un servicio ofrecido a familias con el fin de ayudarles a
alcanzar una vida familiar equilibrada y una convivencia más humana. En aras de
lograr estos objetivos se toman en cuenta dos funciones que se complementan: la
educativa o preventiva y la curativa o de terapia. Se atiende, con estricta
profesionalidad y desde un profundo sentido de profundos valores humanos, a
matrimonios que viven situaciones de conflicto, parejas en proceso de ruptura, jóvenes
o niños que buscan una mejor inserción en la vida familiar y social. (COF
Málaga, 2014)
Factor de
riesgo: es cualquier variable que está asociada con un incremento del riesgo de
padecer una enfermedad o infección, así pues, la OMS (2014) lo define como “cualquier rasgo, característica o exposición de un individuo
que aumente su probabilidad de sufrir una enfermedad o lesión”
Los factores de riesgo, en general, no se consideran causales, puesto que
representan una correlación y ésta no equivale a causación. Sin embargo, se
habla también de factores de riesgo como causales determinantes que incrementan
la tasa de enfermedad o infección. Además los factores de riesgo pueden ser
ambientales, genéticos, asociados con hábitos, etarios, entre otros. Ejemplos
de estos son, la radiación, enfermedades con prevalencia en ciertas familias
debido a genes mutados como algunos cánceres, el hábito de fumar, y
padecimientos asociados con la edad como afecciones infecciosas en personas con
sistemas inmunes debilitados.
Profilaxis
de las enfermedades infecciosas
Según Ahrens, (2005) la profilaxis se refiere a las
acciones y medidas que se hacen a fin de evitar la aparición de enfermedades
prevenibles, y la aparición, diseminación y establecimiento de enfermedades
infecciosas. Las acciones pueden ir desde una mejor alimentación, como evitar
hábitos dañinos como la ingesta de alcohol y el tabaco. Las acciones
profilácticas de las enfermedades infecciones son variadas y dependerán del
tipo de enfermedad, sin embargo, apunta Ahrens, que en general las más usadas
son:
1.
Esterilización: se puede
esterilizar, de diversas maneras, fómites contaminados o no contaminados para
evitar que sirvan de elemento de transmisión. La esterilización puede hacerse
con métodos físicos como la irradiación, la filtración y el calor, y químicos como la aplicación de alcohol y peróxido de hidrógeno.
2.
Eliminación
de reservorios: en estos casos se eliminan reservorios animales,
como la cabra, que porta el Virus Visna, o las ratas que tienen pulgas que
transmiten la peste bubónica.
3.
Evitación
del contacto directo con material infectado o con el reservorio humano: Existen
enfermedades que se transmiten por contacto directo, ya sea sexual o con
material infectado. Infecciones estafilocócicas se pueden transmitir por
fómites infectados, o la influenza a través de un beso
4.
Uso de
preservativos: se usa para evitar el contagio con infecciones de
transmisión sexual, como en el caso del VIH que produce sida, y la bacteria Treponema pallidum que causa sífilis.
5.
Fumigación: se usa para
eliminar vectores, como en el caso del mosquito que puede trasmitir
enfermedades como el dengue o la fiebre amarilla.
6.
Divulgación
de información: se hace llegar información de medidas de prevención
al público, para que las personas las apliquen con el fin de disminuir la
probabilidad de contraer una infección.
7.
Cuarentena: se trata de
aislar a personas contagiadas para evitar la diseminación de la enfermedad, se
hace en caso de infecciones graves o epidemias de alto riesgo.
Tipos de estudios de la
Epidemiología
Estudio
de Casos y Controles: en este tipo de estudio se compara a
sujetos que presentan una enfermedad (caso) con otros no la padecen (control) de
una misma población y se investiga si estuvieron expuestos a un factor de
riesgo o característica de interés para luego comparar las proporciones de
individuos expuestos a dicha característica; si se encuentra una diferencia
significativa de aparición de dicha característica en el grupo “casos” respecto
al grupo control, se formulan hipótesis
y se hacen predicciones de aparición de enfermedad en futuras situaciones
similares. (Mann, 2003)
Estudio
de Cohorte: se estudia a un grupo de personas no
afectadas de una enfermedad (cohorte) y con una característica de interés, y se
compara con otra que no presenta tal característica, luego se hace un
seguimiento de ambas poblaciones durante un período de tiempo y se estudia si
la población “cohorte” presenta algún cambio significativo respecto a la
población control. Por ejemplo, se puede estudiar si una población cohorte de
fumadores desarrolla enfermedad (cáncer, enfisema, etc) en el tiempo con
significancia estadística respecto a la población control (no fumadores) para
establecer una correlación entre la característica de interés (acto de fumar) y
el resultado (enfermedad). (Mann, 2003)
Escrutinio
o screening: es la aplicación de pruebas diagnósticas
que se hace a fin de detectar la enfermedad en sus etapas iniciales en personas
asintomáticas de la población en general. (Mann, 2003)
Vigilancia
epidemiológica
La
Organización Panamericana de la Salud (2012) la define así “la recolección
sistemática, continua, oportuna y
confiable de información relevante y necesaria sobre algunas condiciones de
salud de la población. El análisis e interpretación de los datos debe
proporcionar bases para la toma de decisiones y al mismo tiempo ser utilizada
para su difusión” la vigilancia epidemiológica se aplica para tener información
necesaria y suficiente para emplear medidas preventivas y para divulgar dichas
medidas a la población a fin de reducir la aparición, diseminación e incidencia
y prevalencia de enfermedades infecciosas; es por esto que se considera
importante, ya que coadyuva en la mejora de la salud poblacional a través de
acciones concretas y eficientes.
El
Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo (2014) asevera
que los indicadores de salud “son parámetros estadísticos aplicados de forma
general a una comunidad que permiten conocer el estado de salud de dicha
comunidad y cuyo fin es aportar información relevante para la planificación y
gestión de políticas y programas de atención sanitaria adecuados. “
Los
datos recogidos y encajados en los indicadores de salud sirven para
a. Establecer cuáles son los principales
problemas sanitarios
b. Guiar la formulación de las políticas sanitarias y la
planificación de los programas de salud
c) Detectar las primeras evidencias de brotes epidémicos a
fin de generar una acción de respuesta pronta y eficiente
d) Vigilar la efectividad y el alcance de los programas de
atención sanitaria
e) Asegurar que los recursos estén destinados a las áreas con
mayores necesidades
f) Indicar la disparidad entre países y distintos grupos
socioeconómicos y étnicos en cuanto a salud
Dicho diccionario menciona los parámetros estadísticos de
importancia que sirven de indicadores de salud:
1.
Esperanza de vida al nacer
Es el número de años de vida que se espera viva un
recién nacido en función de las tasas de mortalidad
por edades en el momento
de su nacimiento. Éste es un indicador básico, que está estrechamente
relacionado con las condiciones sanitarias, y al mismo tiempo refleja variables
demográficas, influencias sociales, económicas y ambientales. Por ser uno de
los indicadores de salud que mayor considerados en el ámbito del desarrollo
social y del crecimiento económico, constituye uno de los componentes del Índice
de desarrollo humano del PNUD (Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo).
Es un factor determinante del tamaño de una
población, de su composición por edades, por sexos y por etnias, y de su
crecimiento. El indicador más simple usado que mide la mortalidad es la tasa
total de mortalidad, que
informa sobre el número de muertes por cada mil habitantes en una determinada
población durante un período determinado de tiempo, de ordinario, un año. Se
considera útil para medir el efecto de la mortalidad sobre la tasa
de crecimiento de la población, es decir, el incremento
de la población de un país en un período determinado, generalmente un año,
expresado como porcentaje de la población al inicio del período.
3.
Tasa de mortalidad infantil
Es indicadora del número de
recién nacidos que mueren durante el primer año de vida por cada mil neonatos vivos.
Cabe añadir que la mortalidad infantil es inclusiva de la mortalidad
neonatal, referida a las muertes ocurridas durante las cuatro primeras
semanas de vida, generalmente ocurridas a causas relacionadas con el parto y
por consiguiente, resultantes de
cuidados prenatales y obstétricos inadecuados. Las muertes neonatales
corresponden a dos tercios de las muertes infantiles en los países en vías de
desarrollo, siendo la causa principal, la falta de prestaciones médicas.
4.
Tasa de mortalidad de niños menores de cinco
años (TMM5)
Está definida como la probabilidad de morir entre el nacimiento y
los cinco años de edad, y se expresa número de defunciones en los primeros 5
años de vida por cada 1.000 nacidos vivos. Desde el punto de vista de UNICEF, este
indicador no sólo refleja el nivel y los cambios del estado de bienestar de la
infancia, sino también el grado de progreso económico y desarrollo humano
La morbilidad representa la cantidad de enfermedad que ocurre en
una población. Los dos principales indicadores de este parámetro son la
incidencia y la prevalencia. La incidencia muestra los cambios puesto que mide la aparición y la velocidad
de expansión de una enfermedad en una población. Se mide con la tasa
de incidencia, que se define como el número de casos nuevos de una
enfermedad específica, diagnosticados o notificados en un período definido,
dividido entre el número de personas de una población determinada en la cual
surgieron dichos casos. De ordinario, se expresa en términos de casos por 1.000
o por 100.000 habitantes por año. Esta tasa puede ser específica según edad,
sexo o cualquier otra subdivisión de la población.
Según la ONU (2014) “El ambiente es el conjunto de
componentes físicos, biológicos y sociales capaces de causar efectos directos o
indirectos, en un plazo corto o largo, sobre los seres vivos y las actividades
humanas.” De esta definición se recoge que el ambiente está subdividido en un
componente físico, uno biológico y uno social, y se habla de ambiente físico,
ambiente biológico y ambiente social. El primero, se refiere a la materia no
viva o abiótica que sirve de espacio para los seres vivos, es decir, comprende,
el clima, la geografía y geología; éstas tienen influencia en los seres
humanos, como por experiencia se ha aprendido, como en casos de desastres
naturales y también, de lo que representa el aire para el mantenimiento de la
vida. El ambiente biológico comprende la flora y fauna, que en conjunción con
el ambiente físico produce los llamados ecosistemas, diversos sistemas
naturales que funcionan de forma autorregulada y que son el paradigma de unidad
interactuante del mundo natural. El ambiente social es el entorno conformado
por personas y sus productos culturales y físicos; es decir, la cultura,
costumbres, interacciones humanas, instituciones, construcciones
arquitectónicas, entre otros, que son formadas por e influyen al mismo tiempo
en, los seres humanos.
Las enfermedades infecciosas ocurren como una serie
de eventos que están interconectados entre sí y cuyo conocimiento tiene
utilidad médica. Todos estos eventos se pueden representar de una forma gráfica
en lo que se denomina “cadena epidemiológica”, que es, según Ahrens (2005), “una herramienta gráfica y conceptual que
especifica la secuencia que sigue un proceso patológico infeccioso y los
elementos que forman parte de dicha secuencia”. La cadena epidemiológica se
constituye de la siguiente manera:
1. Agente causal:
se refiere a cualquier microorganismo que puede causar enfermedad, ya sea una
bacteria, un hongo, parásito o virus, también
puede referirse a cualquier elemento físico o químico produzca daño orgánico o
enfermedad. Los agentes físicos son los elementos materiales inertes de
naturaleza inerte o mecánica que causan directa o indirectamente enfermedad,
como por ejemplo, la radiación, el calor, el frío e incluso las ondas sonoras.
Los agentes químicos son las sustancias que reaccionan con el organismo y
producen enfermedad ya sea con la alteración de la química del mismo o el daño
de su estructura, como por ejemplo, el ácido sulfúrico, drogas, o toxina
botulínica.
2. Reservorio:
es el lugar de residencia usual y prolongada de un agente causal; se habla
generalmente de agentes causales biológicos. Los reservorios pueden ser humanos,
animales o físicos, como el suelo; un ejemplo de reservorio humano es la
viruela, enfermedad erradicada que se transmitía de persona a persona y en la
que no intervenía ningún otro reservorio. Un reservorio animal se ejemplifica
con los roedores que pueden transmitir el hantavirus, que causa enfermedad
renal y pulmonar en los humanos. Los suelos pueden albergar hongos del tipo de
la tiña, causantes de enfermedades cutáneas y otros patógenos como Clostridium botulinum, bacteria que
produce el botulismo (enfermedad que produce parálisis muscular).
3. Puerta de salida:
se refiere a la vía por la cual el organismo sale del reservorio, como por
ejemplo, una bacteria que salga expelida por gotitas del tracto respiratorio
superior, como es el caso de Bordetella
pertussis.
4. Vías de transmisión: es
la forma en que se transmite el agente infeccioso, por ejemplo la mordedura de
un perro infectado con un Rabies virus en la hidrofobia (rabia). A su vez, las
vías pueden ser directas o indirectas; en las primeras el agente se transmite
por contacto directo, como el virus del VIH por contacto sexual y en las
segundas ocurre transmisión por vías biológicas o mecánicas, como por ejemplo,
mosquitos vectores que transmiten el virus del dengue (flavivirus) o el aire,
que sirve de medio mecánico en transmisiones de enfermedades como la
tuberculosis. Asimismo, en las formas de transmisión biológicas indirectas
participa un vector, que es el animal que transmite la enfermedad sin sufrirla
el mismo, como el caso del mosquito en el chinkinkunya, y el vehículo es la vía
inanimada del vector u hospedador en la cual se encuentra el agente causal y
por la cual se transmite, por ejemplo, la saliva del mosquito chupador. Los
insectos transmiten la enfermedad mediante su picadura, que es la punción
realizada por estos artrópodos con su estilete, probóscide u otra prolongación
de su aparato bucal, usadas para succionar alimento. También cabe mencionar la
transmisión mecánica, en la que se produce la transmisión de un agente patógeno
mediante un objeto físico, como en la transmisión de la bacteria Clostridium tetani, que se encuentra en
metales oxidados y que pueden cortar la piel, a través de la cual pasa la
bacteria, lo que produce tétanos.
5. Puerta de entrada:
es la apertura por la cual ingresa el agente infeccioso; como puede ser las
narinas, o una lesión de mucosas o piel. Puede ingresar también al organismo a
través de fómites como catéteres urinarios contaminados.
6. Susceptibilidad del hospedero:
se refiere al hombre y a animales, y el riesgo que presentan estos de
desarrollar una enfermedad por infección. Los factores de riesgo aumentan la
susceptibilidad de adquirir una infección; la susceptibilidad se refiere a la
sensibilidad del hospedador ante un agente infeccioso o al aumento de la
probabilidad de que un organismo contraiga una infección debido a diversos
factores como virulencia del agente o disminución de las defensas de dicho
organismo. Son varios factores que ayudan a la resistencia del hospedero y se
clasifican en específicos e inespecíficos:
a.
Inespecíficos:
se refiere a los mecanismos de resistencia o defensa generales del organismo,
es decir, los que el organismo usa para atacar a una gran gama de patógenos sin
que se requieran elementos necesarios para desactivar a un agente en
particular. Son mecánicos y químicos. Las barreras de la piel, (epidermis)
mucosas, fiebre, cilios del tracto respiratorio, entre otros, actúan como
elementos mecánicos (físicos) de defensa y por tanto colaboran con la
resistencia, lo mismo para secreciones corporales, como las lágrimas y la flora
normal de la piel (que modifica el ph por ejemplo) que funcionan como agentes
químicos defensivos. Igualmente, a nivel biológico y microscópico, los
fagocitos y el sistema de complemento, ayudan a atacar a una gama variada de
patógenos, los primeros fagocitan a los patógenos y el segundo, coadyuva con la
destrucción a través de la quimiotáxis, activación de la fagocitosis y lisis
celular.
b.
Específicos:
incluye a la inmunidad humoral, que comprende los elementos moleculares como
anticuerpos que detectan la presencia de antígenos y promueven la intervención
de elementos leucocitarios para la
destrucción el patógeno. También incluye al sistema inmunitario
adaptativo que presenta a su vez células T y B, linfocitos que atacan a una
gama de agentes infecciosos.
Período
de incubación: tiempo que transcurre desde el
momento de la exposición a un patógeno y la aparición de signos y síntomas que
provoca el mismo (Lawrence, 2003)
Portador:
es el organismo que disemina el agente infeccioso sin que ocurran los síntomas
o signos clínicos que dicho agente produce. (Lawrence, 2010)
Portador sano: organismo que no
presenta signos ni síntomas porque en él no se desarrolla la enfermedad debido a diferentes
factores, como inmunidad adquirida, defensas inmunitarias eficientes, períodos
de latencia largos, como en el caso de infección de VIH; como portador,
transmite el agente infeccioso. (Lawrence, 2003)
Portador
convaleciente: organismo que transmite el agente
infeccioso, pero en él no se presentan signos ni síntomas porque ya se ha
recuperado de la enfermedad, pero aún no ha eliminado por completo el agente
patógeno. (Lawrence, 2003)
El humano también puede servir d reservorio y como
tal, ser un organismo infectado que puede presentarse de forma clínica,
subclínica o inaparente.
Enfermo
o caso clínico: ocurre cuando la persona
infectada presenta síntomas reconocibles, ya sean típicos o atípicos, pero que
pueden notarse claramente (Lawrence, 2003)
Enfermo
o caso subclínico: en este caso, la
persona que sufre de la infección, presenta síntomas mínimos y/o inespecíficos,
y de corta o mínima duración (Lawrence, 2003)
Enfermo
o caso inaparente: aquí el afectado
presenta una enfermedad infecciosa septicémica aguda, que tiene una incubación y una evolución, y
cura dejando tras de sí una inmunidad más o menos duradera, pero que a su vez difiere de una infección de tipo
ordinario por la ausencia de todo síntoma clínico. (Medicopedia, 2014)